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¿Quiénes son los monstruos bajo la cama? Historias detrás del cáncer infantil

 

El impacto de un diagnóstico y muchas emociones diarias se convierten en los monstruos que acompañan esta enfermedad

Detrás de un diagnóstico sobre cáncer infantil hay una realidad que afrontan más de 400.000 niños cada año en el mundo. Desde 1DOC3 en el marco del Día Internacional contra el Cáncer Infantil, realizamos una colaboración con Miguel Ángel Jiménez Toro, psicólogo clínico y creador del proyecto “Monstruos bajo la cama”, pensado como un espacio de orientación y aprendizaje, que nos sensibiliza de esos monstruos (pensamientos, sensaciones, dolores, tratamientos, etc) que llegan con el diagnóstico de cáncer.

 

Hoy queremos compartir para hacer visibles los procesos e historias de 6 menores dentro del contexto oncológico pediátrico y sensibilizar a través del poder que tiene cada uno de sus testimonios:

 

  1. Dante, 6 años y un monstruo: La leucemia

“Hace poco me diagnosticaron con leucemia, no se muy bien qué es eso, solo que me hace sentir cansado y he sangrado algunas veces. Todos se preocupan por mí, yo no entiendo muy bien por qué. Mis papás ya no me llevan al colegio y extraño a mis amigos.

Mi mamá dejó de trabajar, eso me gusta porque ahora pasamos más tiempo juntos y está todo el día conmigo. Lo que no me gusta es que me chuzan los brazos y me dan una medicina que no me deja comer muy bien. Hay un doctor que es muy gracioso y los días que no tengo ganas de nada viene y me hace reír, mi mamá llora pero él le dice que todo va a ir bien. 

Ya ha pasado un mes y sigo acá, ahora dicen cosas que no entiendo sobre un trasplante, mi mamá llora porque no sabe de donde sacarlo, mientras mi papá trabaja todo el día y me visita el fin de semana, yo los abrazo y ellos se tranquilizan.”

  1. Luna, 8 años y un monstruo: La quimioterapia

“La bella Luna resplandecía con su sonrisa y le daba apoyo a su mamá quien la dejaba en las mañanas en la sala de quimioterapia de la clínica infantil, en compañía de su abuela, una mujer adulta de unos 68 años, las tres vivían en arriendo al sur de Bogotá, sus recursos eran pocos, pero su amor infinito.

Diana, la mamá de Luna, no contaba con un trabajo estable, vendía productos en Transmilenio y los fines de semana trabajaba como mesera en un restaurante. A pesar de su cansancio, al terminar la infusión de quimioterapia para Luna, venía a verlas y traerles algo de comer y recargar energía. 

Luna hoy tiene 8 años, de vez en cuando acompaña a su mamá en el bus para vender productos, sigue iluminando con su sonrisa y sueña con ser enfermera.”

  1. Andrés, 16 años y un monstruo: La leucemia

“Andrés es un adolescente de 16 años, con ojos grandes y azules, cabello castaño y unos cuantos tatuajes en el brazo y en la pierna. Ama los animales, de vez en cuando nos lleva fotos de su perrita pitbull Morgana, le gustan los graffitis y entre quimioterapias sueña con ser diseñador gráfico.

Para pasar las hospitalizaciones le han regalado un cuadro de un anochecer estrellado, y aunque la noche parece no tener fin, después de llorar un poco logra descansar deseando que la oscura leucemia que lo acompaña se vaya pronto para volver a salir a las calles hacer arte en las grandes paredes.” 

  1. Luis Miguel, 16 meses y un monstruo: El cáncer infantil

“Soy Damaris la mamá de Luis Miguel, tiene 16 meses de nacido. Es mi primer hijo, es muy grande para su edad y como todas las mamás pensamos que es lo mejor que nos ha pasado. Vengo de Girardot y todo ha sido un cambio, pues mi esposo sigue allá trabajando y yo me quedo en una pensión que nos ayudó el doctor a conseguir. 

Me han visto llorar mucho, mi hijo está enfermo de cáncer y no sabe cómo desearía ser yo la que pase por eso y no él. Lloro con cada inyección y cada exámen, las señoras de acá se han convertido en mi apoyo, verlas con sus hijos y cómo luchan me da fuerza, toda mi familia está en Girardot y el clima de acá en Bogotá no es igual. 

Ya voy para 2 meses aquí, todos me dicen que sea fuerte pero a veces eso no es todo, el doc nos permite llorar y luego nos tiende la mano para ver que se puede hacer, su frase “hago lo mejor que puedo con lo que tengo” me ayuda pero no aleja el miedo, es mi primer hijo y todo lo que queremos los padres es verlos crecer y ser felices.”

  1. Un monstruo bajo la cama llamado: Leucemia

“Todo comenzó porque me sentía muy cansada, estaba bajando de peso y me veía muy pálida. Mis profesores decían que estaba muy perezosa y yo no era así, hasta que en clase de educación física me desmayé, llamaron a mi mamá y ella dejó todo por venir a verme. 

Me llevaron al médico y el primer resultado fue anemia, pero después de más exámenes el diagnóstico final fue leucemia, eso es como cáncer en la sangre, yo entiendo las cosas. Mi mamá dejó su trabajo, mi hermano empezó a trabajar y ahora estudia en la noche, mi papá ahora paga todo en casa y me siento triste por él, lo veo poco y a veces más cansado que yo. 

Me siento triste porque siento que soy una carga para ellos y ya no los suelo ver tan felices como antes. El doctor de gafas viene acá, a veces lloramos juntos y me hace entender que esto no es mi culpa. Ahora estoy aprendiendo algo para vender con mi mamá y así ayudar en casa mientras esto termina.”

  1. Un monstruo bajo la cama llamado: Cáncer infantil

“Hace ya como un año me trasplantaron, hoy vengo a controles y cuando puedo veo al doc bonito, él me acompañó en mi primer transplante de médula, eso me dolía mucho y les pedía que él viniera para que me hablara mientras el proceso (nos reímos cuando nos acordamos de eso).

El cáncer es una cosa muy pesada y aunque ya no tengo que hacer quimio, me da miedo, ahora me cuidan el doble, retomé el colegio y volví a ver a mis amigas, ellas ya no están en mi mismo curso pero aprendí a hacer nuevos amigos, el cabello me ha estado creciendo más y más bonito.

Lo triste es que el cáncer hizo que mis papás se separaran, pero así y todo nos queremos, ahora compartimos más con mis hermanos. Ahora solo vengo a controles y le traigo cosas a otros niños y les doy fuerza, porque esto pasa y uno mejora.”

Más allá de las cifras, el impacto de esta enfermedad y sus efectos están presentes en las vidas de niños y adolescentes de todas las edades y sus familias. En 1DOC3 creemos que un tratamiento temprano es clave para poder brindar bienestar y calidad de vida en cada proceso, y que cada profesional de la salud tiene en sus manos el poder de dar atención y acompañamiento sobre estos monstruos bajo la cama.

Si estás buscando proteger la salud y bienestar de tu equipo, 1DOC3  es el beneficio que necesitas. Contáctanos y empieza a darle a tu equipo atención en salud de calidad en menos de 1 minuto.

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