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¿Qué tipo de estrategias pueden usar las empresas para reducir el estrés laboral?

La prevención y atención del estrés laboral constituye un gran reto. Tanto empleadores como empleados deben asumir una responsabilidad equitativa que permita contrarrestar los signos y síntomas de dicha experiencia. Los profesionales en seguridad y salud en el trabajo deben estar a cargo del monitoreo constante para realizar un análisis, valoración, medición y manejo que efectúe cambios sustanciales tanto a nivel individual como grupal.

En el campo de la seguridad y salud en el trabajo, el profesional a cargo deberá asumir como objetivo primordial, la prevención primaria, pues, dentro de ella se encuentran acciones eficaces que podrían impactar a nivel económico en las empresas, al mejorar el estado de ánimo y el bienestar de los trabajadores disminuyendo las enfermedades, elevando la productividad y mejorando sustancialmente el desempeño y la calidad del trabajo. (Sánchez, 2010).

Teniendo en cuenta lo anterior, podríamos decir que programas de atención en los sitios de trabajo, a través de la educación para la salud permite desarrollar habilidades personales que a su vez, permitirá reducir el problema, se emplea la distribución de trípticos, carteles, conferencias, videos, etcétera.

La creación de espacios donde se enseñe el uso de estrategias para la administración del tiempo, priorización de problemas, desarrollo de la capacidad de planeación, técnicas de negociación; así como ejercitar habilidades para la toma de decisiones, la solución de conflictos, la conducta asertiva, el manejo del tiempo y en general, el desarrollo de mejores relaciones humanas, permitirá un cambio que persiga la reestructuración de los procesos y las labores a desempeñar.

El manejo causal de los factores generadores de estrés, puede ser otra estrategia a tener en cuenta. Allí, vale la pena considerar diferentes factores que intervienen en un lugar de trabajo: estructura de la organización, estilos de comunicación, procesos de formulación de decisiones, cultura corporativa, funciones de trabajo, ambiente físico, métodos de selección y capacitación del personal.

Tener en cuenta al empleado dentro de los diferentes procesos permitirá una cultura más inclusiva que no solo le apunte a las necesidades particulares de la organización sino las del empleado, permitiendo en simultáneo un sentido de pertenencia en el colaborador que pueda aportar a la creación de nuevas y mejores oportunidades organizacionales.

¿Debe ser la salud mental una prioridad en las empresas? ¿Por qué?

Ahora bien, por medio de programas de asistencia para empleados, calidad, asesoría, soporte, participación activa, trabajo en equipo, solidaridad laboral, desarrollo profesional, promoción de creatividad y procesos de mejora continua, se logrará un enfoque transversal que permita alcanzar los objetivos comunes y particulares permitiendo así mejores herramientas en la gestión del estrés. (Sánchez, 2010).

A partir del último informe mundial sobre salud mental, la OMS revela que los trastornos mentales se han agudizado y se han vuelto frecuentes en todos los países: aproximadamente una de cada ocho personas en el mundo sufre algún trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión los más comunes. (La Nota Económica, 2022)

A su vez, revelan que los trastornos mentales o las discapacidades a las que tienen lugar, podrían ser una de las causas principales de años de vida perdidos, representando 1 de cada 6 casos en el mundo.

  • Las jornadas laborales excesivamente prolongadas.
  • Dificultades para desconectarse de las actividades
  • Desbalances entre la vida laboral y personal.
  • Burnout.
  • Estrés.

Con la entrada del COVID, solo se contribuyó a agravar la problemática, pues, solo se ha sumado a la lista, otros factores que podrían afectar la salud mental. Una de ellas, entra en rigor tras la transformación en términos de trabajo. Según informa la OMS y la OIT a partir del años pasado, comienzan a aparecer diferentes fenómenos que están afectando, considerablemente, al 9% de trabajadores a nivel mundial, entre ellos, destacan:

No reconocer la salud mental, puede perjudicar la productividad, el clima y la cultura organizacional y por ende, el posicionamiento y rendimiento de las compañías. Las personas con trastornos o discapacidades mentales, podrían tener peores resultados a nivel educativos, laboral, y físico. OCDE (2021) citado por La Nota Económica, (2022).

Incluso, la OMS ha dicho que la mala salud mental de las personas, le cuesta al mundo un aproximado de US$1 billón en pérdidas de productividad. que pueden expresarse en términos de pérdidas de productividad, incumplimiento de objetivos, ausentismo, accidentalidad y otros impactos más intangibles, pero igualmente importantes, como un estado de ánimo negativo entre los empleados y una reputación desfavorable. (La Nota Económica, 2022).

La salud mental, no solo supone una prioridad, también es un reto. Cuando se invierte en la salud mental en las empresas, las personas son capaces de reconocerse como seres, empleados y líderes más auténticos. La autenticidad permitirá un mejor desempeño, compromiso y bienestar integral. El bienestar, permite a las personas sentirse motivadas y satisfechas, buscando así, oportunidad para la autorrealización lo cuál, va a generar un impacto positivo sobre los resultados y la competitividad.

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Los líderes pueden lograr acercarse a sus colaboradores desde programas de promoción y prevención de la salud desde una perspectiva integral que armonice el cuidado de la salud física y mental. La utilización de herramientas de gestión del riesgo psicosocial. Intervenir oportunamente conductas o factores asociados a la cultura organizacional que podrían representar un factor de estrés. Y, finalmente, crear redes de apoyo social basados en la comunicación abierta y empática.

El trabajo, en muchas ocasiones puede ser considerado como una condición mínima que ayuda a conseguir satisfacción, y/o realización personal. Pasamos mayor parte de nuestro tiempo trabajando y es este, el recurso que nos permite sustentar las necesidades básicas. Adicionalmente, la salud mental nos ayuda en diferentes momentos de nuestra vida. Nos permite trabajar de manera óptima, desarrollar habilidades de autogestión, trabajar de manera productiva y fructífera y, nos ayuda en gran medida a generar nuevas y mejores relaciones con las personas que nos rodean.

Autores: Miguel Rios Torres – Irán A. Molina Sandoval