La salud mental es un componente esencial de nuestro bienestar, que impacta tanto nuestra calidad de vida personal como nuestro desempeño profesional, por esa razón ¿Cómo podemos cuidar nuestra mente en medio de las presiones del trabajo y la vida personal?
Es esencial que, independientemente de nuestra ocupación o sector, nos esforcemos por alcanzar un equilibrio. Entender que el trabajo es una parte significativa de nuestras vidas, pero no debe consumirnos por completo, nos permite ser más resilientes y felices en nuestra carrera profesional.
El equilibrio entre familia y trabajo es un tema muy relevante por el nivel de influencia que tiene sobre la calidad de vida de una persona. Si por alguna razón, en la dinámica familiar se presentan desbalances subjetivos, es muy probable que se produzca un efecto negativo en la labor y viceversa.
¿Qué herramientas de gestión influyen para priorizar y lograr los objetivos laborales y no descuidar la familia?
Establecer Límites
El “no” nos protege y ayuda a ser conscientes de nuestras capacidades. No es sinónimo de egoísmo, sino más bien, como se mencionaba antes, de responsabilidad. Responsabilidad afectiva por valorar tus decisiones y sentimientos, así como también responsabilidad profesional, por dar la oportunidad de que tu líder, busque otra persona que pueda asumir la tarea que, por la razón que sea, no puedes asumir y así, no se afecte la productividad.
Cambiar viejos hábitos e involucrar a tu pareja o familia: Por ejemplo, si preparas comida todos los días para tu familia podrías considerar delegar esa responsabilidad a tu pareja, contratar a un tercero para que lo haga o bien, convertirlo en una actividad en la que pueda colaborar toda la familia. Este tipo de cambios podrían darnos más tiempo libre.
Priorizar las pausas activas: cualquier ejercicio que te permita desconectarte unos minutos de tu labor, puede funcionar. Involucra a tu familia en esas pausas, por ejemplo, hacer un ejercicio juntos.
Manejo del tiempo
Te permite, además, detectar a los “ladrones de tiempo” tanto en casa como en el trabajo, esas actividades en las que se nos va el tiempo sin que aporten significativamente a nuestra jornada. Entre ellas, probablemente, nos encontremos con “tiempos muertos” en el uso de las nuevas tecnologías.
Las rutinas dan un orden a nuestra vida y a la vida familiar y nos dan seguridad y tranquilidad. Pero ¡cuidado! Deben ser suficientemente flexibles para adaptarnos a los imprevistos de la vida cotidiana y estar atentos al momento en que sea necesario cambiarlas de manera transitoria o permanente.
Autocuidado
Físico
Algunas herramientas adicionales:
Autorregistro:
Lleva un registro de pensamientos, emociones y conductas para evaluar situaciones negativas.
Cuida tus Hábitos:
Lleva una dieta equilibrada
En la que se pueda comer de todo, de preferencia evita consumir grandes cantidades de alimentos que pueden potenciar la respuesta del estrés, como la cafeína y el alcohol, algunos quesos, fiambres, yogures, etc.
Realiza algún tipo de ejercicio físico
Realiza ejercicio con regularidad, pues mejora el bienestar y tiene un efecto neutralizante del estrés. No debe practicarse con carácter competitivo, porque esto supondría añadir un motivo más a la situación de estrés.
¿Y con la familia?
En resumen, el equilibrio entre trabajo y vida familiar es crucial para nuestro bienestar mental y rendimiento laboral. Las herramientas de gestión, establecimiento de límites y autocuidado son fundamentales. Si te enfrentas a desafíos o buscas orientación personalizada, estamos aquí para ayudarte. ¡Contáctanos ahora y comencemos juntos el camino hacia una vida más plena y saludable!